Por: Chano Rangel
Tiene razón Ricardo Salinas Pliego, en su mensaje dado a través de sus redes sociales, él puede jugar golf en cualquier parte del mundo, y de eso estoy seguro, con una fortuna que ronda entre los 13.5 mil millones de dólares, dudo mucho que no se pueda dar el gusto de jugar este deporte en los mejores campos del mundo, incluyendo el Augusta Golf Club.
Sin embargo, como lo dijo también el actual gobernador de Nuevo León, Samuel García, jugar Golf es una chinga, sobre todo levantarse a las 6:00 de la mañana para ir al campo, y si la verdad que, si es una friega, los que alguna vez nos hemos levantado a las 5:30 solo con la ilusión de tener un buen día y tirar los menos golpes posibles.
Pero mire esto va más allá, de lo deportivo, y el epicentro está en lo política, si recuerdan la gran película de Daniels Days-Lewis y Leonardo Di Caprio, Pandillas de Nueva York, poner los conejos o cabezas de marrano en las cuatro esquinas era sinónimo de guerra y de hegemonía, y un mensaje claro para el que se quisiera meter ene se territorio. Pues algo similar es en este momento la lucha del empresario regiomontano y el presidente de la república, aunque por más dinero de Salinas Pliego, el poder político y de las instituciones está a favor del presidente, que, si bien no cuenta personalmente con los mismos recursos, si con todo el poder del estado.
El poder que da ser el jefe del ejecutivo en México, es como la de un rey temporal, y lo estamos viendo en este pleito en las alturas donde el mensaje es muy claro, sobre todo para el poderoso grupo Monterrey, que aglutina a los empresarios más ricos del país, y que en su molestia como el Diablo Fernández de FEMSA, han reclamado airadamente el trato presidencial, y desde el Palacio Nacional, los oxxos tiendas insignias de este grupo fueron atacadas brutalmente violando las leyes de privacidad y muchas otras más.
Con el régimen de López Obrador, parece ser que aspirar a mejores condiciones de vida es un sacrilegio, un verdadero pecado mortal, y ser rico en este sexenio se ha convertido en una desgracia, el odio hacia la clase empresarial del mandatario es evidente.
Pro hay más, esta pelea se da en plena campaña política, donde muchos empresarios aportan recursos a los aspirantes, y con estas acciones el presidente pone a un empresario clave de México como ejemplo de lo que les puede pasar a aquellos que se atrevan a jugar en su contra, al menos la idea era esa, pero Salinas Pliego, no se achico y le dio de frente, metiendo al mandatario en un callejón sin salida.
Ya en semanas pasadas Carlos Slim, dio su maratónica rueda de prensa, donde aclaro dudas y disipo comentarios, también José Antonio Fernández, de FEMSA, dio sus notas y la guerra está en marcha, con la única variante que al presidente le quedan 6 meses de poder y a los empresarios una vida completa para disfrutar de sus revanchas.
El mensaje es claro, o sea alinean con la 4T o se las verán con el SAT, en un asunto que debería de ser privado, y que el mismo presidente violando la ley lo ha hecho público, en esta arena nadie quiere perder, las cosas se galvanizan, y las respuestas de palacio nacional, son cada día más endebles, atacar al mensajero y representante empresarial, a resultado más problemático que rentable para el mandatario, y así lo dicen las encuestas, esas que tanto gustan al presidente, esta película continuara.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Muy pronto la escena municipal entrara en calor, los aspirantes a munícipes estarán en competencia, algunos ya muy aporreados, y otros llevando consigo una lápida difícil de quitarse de encima.
Es cierto, el ejercicio de un buen gobierno se paga en las urnas, donde el respetable con su credencial de electoral evalúa y da el sí o el no, al personaje de marras, y con eso avalan o ponen otro en el lugar del anterior, así es la democracia, imperfecta pero la única donde el ciudadano opina y participa de manera directa.
La real y única encuesta, esa que determina quien llega y quien se va, está a punto de entrar en acción, cuando la posición que más pasión levanta entre en juego, porque las alcaldías, son la ventana más cercana al ciudadano, y es ahí donde se desbordan las pasiones.