Por: Chano Rangel
Los grupos se pelean las posiciones políticas existentes en la entidad, muchos acuerdos se han roto con anticipación porque no caben las ideas, mucho menos la negociación, y estos antagonismos propician que muchos actores se queden con el cien por ciento de nada, en lugar de compartir un pedazo del pastel.
En un país dividido ideológica y políticamente, se han perdido las bases de la política: el cabildeo y la negociación. Estas dos vertientes deberían de ser la plataforma de cualquier política democrática, pero en México ya no pasa así, en el viejo PRI, había espacio para todos, algunos se iban con la cara larga y su bilis al mil, pero con algo en la mano, producto de un mal arreglo, anteponiendo todo a un buen pleito, que definitivamente no llevaba a ningún lado.
Parece en este momento, donde la tecnología es la base de la noticia, donde las nuevas tendencias de comunicación hacen y deshacen en tan solo minutos, pues pareciera ser que en toda esta faceta se ha perdido el poder de la negociación y el entendimiento.
Por el contrario, la disputa del poder se da entre buenos y malos, entre pasado y presente, entre los corruptos y los incorruptibles, se da pues en un ambiente de polarización, donde la población abierta tendrá que definir en poco menos de nueve meses, quienes son los buenos y quienes son los malos, porque hasta este momento, difícil para los mexicanos saber quién es cada uno.
En esta disyuntiva, desde Palacio Nacional, se auspicia el odio y hacia periodistas críticos y hasta los de la misma casa, el radicalismo de los 60’s y 70’s de nuestro país parece estar de vuelta, en un sexenio que tiende a extinguirse, pero un presidente que se niega a dejar el poder.
No tener acuerdos con nadie es un síndrome de las peores dictaduras del mundo, que después tienen a sus países hundidos en la miseria, con la familia del líder gobernante millonarios y con excesivos lujos, échele un ojo a Cuba y Venezuela.
No llegar a una negociación, ha sido quizá la estrategia de este gobierno de la 4T, porque cuando se niega la posibilidad del acuerdo, entonces la política se ensucia y suceden cosas como la designación directa de Lenia Batres a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que dicho sea de paso, este falta de acuerdo, le cayó como anillo al dedo y disponer de la leyes constitucionales para designar directamente a la magistrada, hecho único en la historia del país, claro que el no llegar a consensos también pudo ser una estrategia del mandatario.
Sin embargo, para un país que desciende los acuerdos son imprescindibles, para tener mejores estándares de Salud, donde México se cayó, en la materia por debajo del mínimo mundial, y es hoy uno de los que cuentan con peores coberturas en salud pública.
Es también preciso decir que en educación pasamos del lugar 23 al 37, datos de Coneval, y de estar en un promedio de aprendizaje más o menos aceptables, este se derrumbó, y en educación básica no pasan del cinco los estudiantes; con esto se vuelve difícil la competitividad en el mundo, donde para tener una vida más o menos aceptables, ahora se requiere una maestría cuando menos.
Con los apoyos sociales, la pobreza no ha disminuido, sigue un país teniendo una clase marginal que crece exponencialmente, donde la delincuencia sigue haciendo presa a la juventud, cortado las aspiraciones de una generación completa.
Sin embargo, tenemos que, se vive en otra realidad, donde el aislamiento del mundo, de la información oportuna, la aspiración a una vida mejor, a mejores sistemas educativos, a mejores servicios de salud, vivienda y un sistema de ahorro para el retiro, quienes lo fomentan se convierten en enemigos del estado.
Hay dos visiones de nación encontradas, una para continuar con una ideología caduca, con utopías y quimeras, y la otra con un proyecto de nación incierto, pero con muchas ganas de salir adelante.
P.D. En proselitismo y de un solo golpe el gobernador de Tamaulipas pudiera quitarse de en medio a Olga Sosa, Adriana Lozano, y colocar en esas posiciones personas de su entera confianza.
De Aquello y lo demás…
En temas regionales y observado la numeraria al cierre de esta columna, queda claro, que el encontronazo político se dará en Nuevo Laredo, donde los números de la alianza dan para una buena pelea electoral, llevando como protagonistas a Yalheel Abdala y Ramiro Ramos Salinas.
La ciudad más grande de Reynosa está definida, quien termina el año muy encima de sus adversarios es el alcalde Carlos Peña Ortiz, con más de 50% de los números a su favor, con esos antecedentes de posicionamiento entre los reynosenses y el trabajo como edil, le dan la posibilidad de caminar tranquilo a la reelección.
Seguramente una vez entrando el año, el alcalde Peña Ortiz, deberá de pedir licencia al cabildo, para dedicarse en tiempo completo a la reelección, para lo cual el suplente deberá de atender los asuntos de palacio municipal.
Donde se vislumbra un panorama reñido es en Matamoros, no por la oposición que es nula en este municipio, si no por el fuerte encontronazo interno del morenismo, donde nadie quiere ceder nada, olvidando el cabildeo y la negociación.
Después de un año lleno bendiciones, de momentos difíciles y de reinventarnos, tomare vacaciones, nos vemos el próximo 3 de enero de 2024