Por: Chano Rangel
Mire mientras en lo federal se juegan la existencia miles de jueces, magistrados y servidores del poder judicial, en la mayoría de los casos todos los fiscales del país guardan silencio, comenzando por el fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero, dejado ahí por AMLO, para el cuidado de sus intereses, y que la presidenta Claudia Sheinbaum, no toca su espacio ni para sugerir intervenciones del área penal.
Así como la FGR a mando de Gertz, no hace su trabajo adecuadamente y en el sexenio pasado, colaboro con el sistema Pegasus, para espiar a adversarios políticos del régimen, y dejar de lado su verdadero actuar, que es la investigación y la formación de carpetas de investigación sólidas, para que los jueces y magistrados pueden emitir sus sentencias, pero esto no fue así, y las investigaciones en su mayoría respondían a usos políticos, y facciosos de la justicia, con la única finalidad de agradar al presidente.
Desde la fiscalía general se quiso juzgar al ex gobernador Cabeza de Vaca, a Rosario Robles por la estafa maestra, al ex procurador Jesús Murillo Karam, y se sigue dando de tumbos con Emilio Lozoya Austin, por su participación en ODEBRECHT y los sobornos de esta empresa brasileña a políticos mexicanos.
Sin embargo, tampoco hizo su trabajo el fiscal, cuando se denunció públicamente y se difundió en medios de comunicación en robo a gran escala en SEGALMEX, la fiscalía general volteo para otro lado, y hasta la fecha no existe ninguna investigación o culpables en los separos que respondan por este robo a la nación. No hay nada en contra de Ignacio Ovalle y sus colaboradores, aun cuando este robo es mucho mayor al delito cometido, por la estafa maestra de Peña Nieto, pero en este caso sin culpables y sin investigación.
Otro de los casos donde la fiscalía se lavó las manos fue cuando migrantes ardieron en la unidad de transferencia migratoria en Ciudad Juárez, sin detenidos, y solo cadáveres fue el resultado de este lamentable hecho, el Instituto Nacional de Migración, dio un comunicado escueto y se acabó, otra vez la justicia no llego.
Pero el colmo de las pifias de las fiscalías se da en Sinaloa, la tierra protagonista de la última escena de la película del crimen, ahí la fiscal armo una obra de teatro, tan chafa, que el fiscal general no tuvo ni que investigar para darse cuenta de la puesta en escena de la ahora es fiscal del estado, Sara Bruna, que tuvo que ser removida del cargo, por proteger al gobernador.
Pero en este caso el fiscal general, Alejandro Gertz si actúo, y determino que hubo un montaje, y que el gobernador actuó de amnera tendenciosa para proteger su pellejo de la quema política, no pudo, pero tampoco fue castigado, y a pesar de que, en las cortes de Nueva York, en el juicio del Mayo Zambada, su nombre está en primera lista, Rubén Rocha sigue teniendo fuero en México, y ser protegido de la 4T a novel federal, le da aire por un tiempo más, al menos mientras dure su mandato.
Este es solo uno de los muchos ejemplos de la falta de profesionalismo u opacidad de las fiscalías, que son las encargadas de investigar y presentar las pruebas para que un juez pueda emitir una sentencia, si las carpetas de investigación están mal armadas, o carecen de sustento, es difícil que un juzgador, determina la culpabilidad o la inocencia de un individuo nada más por corazonadas o sentimientos políticos, que era lo que pasaba con el presidente de la corte Arturo Saldívar.
Si esta reforma al poder judicial no comienza por cambiar el rostro de la causa y el origen, entonces estamos ante un remedo de cambios constitucionales, de nada servirá si las carpetas de investigación llegan incompletas o sin bases para que un juez determine la culpabilidad o la inocencia de un individuo.
Como el caso de Sinaloa, donde la fiscal Sara Bruna, mintió, falseo investigaciones, pero nada está en contra de ella, solo la despidieron y se fue a su casa a dormir tranquila. En la 4T no hay culpables, los culpables solo están en la oposición.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
En los últimos días hemos visto como la ciudad de Reynosa, que lidera Carlos Peña Ortiz, ha hecho anuncios de inversiones en obra pública sin precedente en la comunidad, con inversiones históricas, que dan un nuevo rostro a la ciudad más grande de Tamaulipas.
Obras como la calle Emiliano Zapata en la colonia Jacinto López, o las calles en los Jarachina, las recientes pavimentaciones en la colonia Rodríguez, son ejemplos de que la obra pública llega a cada rincón de Reynosa.
El cabildo de la ciudad a petición del alcalde Peña Ortiz, autorizo una inversión millonaria en obra pública, ya se fue su ejecución, y los resultados son visibles, y muchas colonias ya disfrutan de calles pavimentadas.
Para esto no solo la pavimentación llega a tiempo y también los servicios de agua potable, electrificación, drenaje y servicios complementarios como cordones y banquetas, que cambia el rostro de las colonias populares de Reynosa, con el liderazgo de Carlos Peña Ortiz.