Por: Chano Rangel
Romper las reglas no ha sido mi fuerte, pero esta semana eso fue lo que paso, un poco molesto por ver tanto agravio y falta de conocimiento, me dio por meterme a un debate a través de redes sociales, como analista y como columnistas, siempre he sido imparcial, aunque claro, como persona y como ciudadano tengo mis preferencias políticas.
El alegato eran los apoyos sociales, que una persona usuaria de Facebook, argumentaba con tanta pasión, que más que una defensa política, parecía un verdadero devoto de una iglesia, y en su defensa decía que, la gente criticaba tanto a AMLO, pero que algún familiar o conocido, tenía pension de adulto mayor, y que gracias al presidente estos ancianos no andaban muertos de hambre; esa era su postura.
Comente que efectivamente eran apoyados, y que jamás estaría en contra de eso, pero que ese dinero era producto de todos los mexicanos que pagamos impuestos, que aparte de eso, esas pensiones, ya tienen más de 20 años ayudando a la tercera edad. En su defensa ya no respondió, pero ahí quedó el alegato, después de eso muchos ciudadanos empezaron también a cuestionar y dar su punto de vista, el usuario cerró su cuenta.
Sin embargo, mi imparcialidad seguirá siempre, como profesional de a información, solo opino, escribo y doy mis comentarios, la decisión por quién votar, ésa ya es del ciudadano.
Pero bueno, ahí queda, déjeme decirle, que después del debate, el reclutamiento de uno de los aspirantes de lo peorcito del pasado, ha sido visto como una simbología de desesperación, porque traer de nuevo al estado, al tristemente célebre Ricardo Gamundi, es cosa seria y cinismo de aquel que en su dialéctica, afirma que acabara con la corrupción.
Discurso totalmente opuesto a los hechos, basta con echar un ojo al equipo cercano, comenzado con sus propios hijos, que han estado en posiciones de privilegios, y su paso por estas han sido severamente cuestionados.
Nada grato ha caído la contratación o adhesión del negro Gamundi, sinónimo de corrupción del pasado reciente, algo debe de estar pasando el cuarto de guerra, para llamar a este tipo de personajes.
Sin embargo, el debate del domingo pasado dejó claro, que la ideas no son precisamente del abanderado morenistas, esas las escribió algún asesor, de por allá de la ciudad de México, que no sabe cómo están los hospitales en Tamaulipas, los del IMSS y el ISSSTE, donde los medicamentos siguen siendo nomas en el discurso político.
Regresando al reclutamiento del pasado, este caso en mención no es el único, échele ojo querido lector, ahí vera a usted en el morenismo, lo más nauseabundo del viejo priismo, esos que se hicieron millonarios en el pasado, que ahora vociferan que son honestos e incorruptibles.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
El alegato del presidente de la república sobre los departamentos y propiedades del Carlos Loret, ha indignado a muchos mexicanos pensantes, tratar asuntos privados, con asuntos públicos y familiares, es poco ético, y de muy baja caterva moral.
Sinceramente a mi como mexicano, no me interesa si Loret, tiene departamentos o casas, si gana mucho dinero, lo que sí está claro, es que el señor paga sus impuestos, no tiene adeudos con el fisco, y cuenta con una trayectoria profesional exitosa, su crítica ha molestado tanto al mandatario, López Obrador, que ha violado la ley de privacidad, por una venganza personal, dejando claro que el respeto a la ley y las instituciones, no es una regla que al presidente le importe.
Quizá por eso, el mismo presidente, acuño la frase “no me vengan a decir, que la ley es la ley”, dejando claro que romper la reglas y hacer de la política nacional, un acto de venganza personal es parte de su visión de estado; es ilógico en un mundo donde las ideas deben de florecer, pero no en la cabeza del mandatario.