Por:Chano Rangel
Nuestro mayor tesoro es la vida, sin importar si hay o no una emergencia sanitaria; el cuidado que como persona deberíamos de tener, es de todos los días. Con una sana alimentación, bebiendo suficiente agua, haciendo ejercicio, durmiendo bien y sobre todo, teniendo los cuidados médicos pertinentes.
Pero hablar y no asumir ninguna responsabilidad, parece ser una ley, una costumbre de muchos mexicanos; que en vez de asumir su responsabilidad de ciudadanos, culpan a los gobiernos de todas sus desgracias.
Como mexicanos y tamaulipecos, sin importar en que región de la entidad vivamos, tenemos obligaciones ciudadanas indisolubles, como respetar la ley, respetar al peatón, a los minusválidos, y personas de la tercera edad, se llaman reglas morales, así como estar en sana convivencia con nuestros vecinos. Algo que en los últimos años se ha perdido en México.
Los incrédulos y vociferantes, desde él de marzo, día 17 que comenzó la autoridad estatal, a emitir recomendaciones y exhortos, pusieron la voz en cielo, y acusaron al gobierno de mentirosos, de querer usar esas artimañas, para tener al pueblo sometido y de rodillas, que era el “pinche gobierno” bueno así se expresaban, el culpable de todas esas desgracias, y que el coronavirus era una mentira, porque ellos no conocían ningún nombre y ninguna persona contagiada, y que esos datos el gobierno lo ocultaba, para tener a los ciudadanos cautivos.
Con el programa de “Sana Distancia” que se emitió en todo el país, desde el 30 de abril, la movilidad bajo su ritmo, pero los incrédulos, ahí seguían culpando a todos, y echando vociferadas de toda índole.
El primero de junio, más por aferramiento del presidente, y su justificación de reanudar sus giras, para recuperar la caída en su popularidad, dieron al traste en toda la república, el exhorto de Tamaulipas, fue claro, el gobernador Cabeza de Vaca y la secretaria de salud, Gloria Molina, advirtieron al subsecretario Hugo López-Gatell, que la entidad no podía entrar en esa etapa, porque a partir de la segunda quincena de junio el estado estaría entrenado en su etapa más crítica y así fue.
Al tomar medidas de emergencia y continuar con la sana distancia, el gobierno estatal y sus municipios, se llevaron la crítica agria de los incrédulos, que salieron a la calle argumentando que el gobierno federal, ya había levantado la cuarentena, y que ya no pasaría nada, se relajó la población y la borregada insensata salió a las calles.
Los viajes no esenciales siguieron dándose en los cruces internacionales, solo para residentes y ciudadanos, eso sí, porque a los mexicanos, la frontera se les cerro; la cancillería y gobernación a través del Instituto Nacional de Migración, no hicieron nada al respecto, además de eso, se siguieron deportando por Reynosa, de 200 a 300 inmigrantes todos los días, sin ninguna medida sanitaria de parte de Estados Unidos.
Al abrirse las actividades no esencial, las cosas se preveían difíciles, la alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz, advirtió con anticipación lo que podía pasar, nos hubiera gustado, que la edil estuviera en un error, pero no fue así, y sus predicciones fueron acertadas.
La ciudad de Reynosa, en poco menos de un mes, paso de quinto lugar, con contagios por debajo de 100, a ser una ciudad con serios problemas de hospitalización y más de 2 mil casos positivos. Y aun así los incrédulos seguían atacando.
El municipio y el estado, siguen y redoblaron sus esfuerzos, con operativos de exhortación para respetar el doble no circula, la sana distancia y el uso de cubre bocas, ahora ya guerra epidemiológica contra el tiempo y la ignorancia de muchos ciudadanos incrédulos.
El edil de Reynosa, de manera firme y decidida continúa con los programas de sanitación de espacios públicos, y apoyando a las familias vulnerables, con el recibo de agua, con pago del 50% de la canasta básica, con la única finalidad de que se queden en casa, y con ello evitar que más gente se contagie y que se tengan los problemas de salud, como los que ya se presentan en la ciudad.
Pero que cree, como cosa de bumerán, familias cercanas, amigos y conocidos, espesaron a reportar casos de Covid-19, y entonces los incrédulos los acusaron de vendidos, incluso llegaron a decir que los médicos y enfermeras, estaban amenazados y comprados, para que dijeran que todo enfermo, que llegara al hospital, fuera puesto como coronavirus, apoyando una de las mentiras más grandes de esta contingencia.
Pero el tiempo y las circunstancias cambiaron, las familias, amigos, y gente cercana de los incrédulos empezó a enfermarse, incluso ya hay fallecidos ¿y que cree? Su silencio enmudeció las redes, y han dejado de hablar, pero aún hay resistencia y acusan a los médicos y personal de los hospitales, porque se aseguran que su familiar o amigo, murió de otra cosa, pero no de coronavirus.
Por este tipo de gente, los hospitales de Reynosa, están en crisis, porque ya no hay espacio para más contagiados, hecho también derivado, que los hospitales de esta ciudad atienden de manera regional, Valle Hermoso, San Fernando, Rio Bravo, Díaz Ordaz, Miguel Alemán e incluso de Matamoros.
Por los incrédulos e irresponsables, los gobiernos estatal y municipal, apoyados por las fuerzas armadas, tuvieron que tomar medidas drásticas, de movilidad, de cierre de negocios, pero aún así, aun vemos gente irresponsable en la calle, sin protección.
Tenemos en la entidad, una situación extraordinaria, pero aún así, vimos a la población de San Fernando, el sábado por la tarde noche, andar como si nada pasara, y luego se esos mismos incrédulos se quejan de que el gobierno no hace nada.
El cierre del fin de semana, dio un excelente resultado, teniendo el más bajo índice de contagios, la pandemia ha tocado al círculo cercano de los incrédulos, que cayán y se asumen como sabelotodo.
Por culpa de los irresponsables, estamos así, por culpa de una minoría que hace gala de su ignorancia, hoy pagamos todos, vemos hospitales repletos, de gente desesperada, y aun así, sigue habiendo resistencia de la incredulidad, que poco a poco, se ha tenido que ir tragando sus propias palabras.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás.
El gobernador de Tamaulipas, dio positivo para COVID-19, prendiendo los focos rojos, se hizo la prueba y el resultado fue inesperado, pero para los defensores de la 4T, la pregunta es ¿ya se hizo la prueba el presidente de la república, como un acto de responsabilidad institucional? Esa pregunta va para todos esos defendedores de lo indefendible.
Por lo pronto, el gobernador desde su casa de gobierno, en la capital aislado como marcan los protocolos de salud en este caso, y atiende las situaciones esenciales que se pueden presentar.
A través de sus redes, el gobernador Cabeza de Vaca, dio un mensaje a los tamaulipecos, a quienes agradeció su apoyo y respaldo en estos momentos críticos de la entidad.
Así mismo el mandatario, invito a los tamaulipecos, a no bajar la guardia, a que entre todos, evitemos los contagios, siguiendo las recomendaciones de salud, y dando un ejemplo de civilidad en todo México.