Por: Chano Rangel
No cabe duda de que cuando un factor irrumpe en una escena política, es muy complicado que el poder detenga su marcha de manera correcta o de una manera legal, así es el caso de Xóchitl Gálvez, que logró conjuntar una tormenta perfecta en contra del poder de Palacio Nacional, quien hace uso de herramientas ilícitas para amedrentar a la aspirante presidencial.
¿Por qué el presidente viola la ley, cuando juró respetarla? ¿Por qué arremete contra una aspirante, siendo él quien debería mantener el orden y la paz electoral? ¿Por qué es el presidente quien dirige y ataca, cuestiona y dicta los procesos de su partido? ¿Por qué el miedo a transparentar sus accionar y sus métodos? Hay muchas interrogantes más, pero de una a una, tratare de exponerlas.
El presidente viola la ley, porque él se asume como el justo y misericordioso, el único con la verdad absoluta, el único capaz de purificar al corrupto, como los miembros de su gabinete. Y por ende se asume como el mejor presidente de la historia moderna del país, capaza de conjurar a su alrededor amor y odios parejos.
Es también bueno precisar que su Plan C, de reforma constitucional al INE, no era un cambio de ley, si no una estrategia mediática, política y supresión de derechos, aparte del ataque a través de las fuerzas del estado, las mismas que debería de cuidar a los ciudadanos, hoy en día las vemos volcadas al ataque de los adversarios políticos del presidente, su plan es atacar desde las mañaneras a los contrarios, para que en el fondo, como lo cree estos caminen sin contratiempo en la búsqueda del voto ciudadano.
El presidente se ha asumido por voluntad única de su ideología, como el único capaz de orquestar una campaña opositora, olvidando que es él quien ostenta el poder actualmente, no va en contra de nadie, no arremete contra un sistema contaminado de corrupción, sino que lo usa para atacar a sus enemigos políticos, con todo el peso del estado.
Lo hace porque en el caso de los aspirantes, las sanciones podrían ser hasta la pérdida de la candidatura, como ya ha pasado en algunas elecciones de gobernadores, a sabiendas que su fuero lo mantiene intocables, es quien hace el juego sucio de manera burda y poco ortodoxa, olvidando los principios básicos de la política de alto nivel, que son el respeto y la no injerencia en asuntos políticos, desde la presidencia, algo por lo que él luchó por años, y olvido llegando al poder.
Hay un temor evidente para informar de los gastos gubernamentales, todo aquello que puede ser cuestionable, el presidente lo oculta, como los montos de inversión en el Aeropuerto Felipe Ángeles, en el Tren Maya y en la Refinería de Dos Bocas, con la única finalidad de ocultar lo que ya muchos analistas saben y cuestionan el gasto excesivo y no comprobado de los trabajos en estas magnas obras.
El presidente le tema al escrutinio popular, no es capaz de enfrentar desde el poder las hordas de marchantes protestando en el zócalo o en cualquier parte del país, sus creencias en la libre expresión, la libertad de protestar, de armar mítines, están fuera de su ideología, ya no, desde el poder su óptica cambio, por eso en lugar a ser la bisagra de enlace del pueblo con el poder, es quien ataca y divide, con estas acciones encoleriza y galvaniza una contienda, donde él se asume como el máximo exponente de la contienda, el narcisismo ha hecho presa del liderazgo.
Viene lo mejor, el momento de decidir, qué lugar ocupará en la historia, que lugar estará su figura en los próximos años, desde su rancho será difícil mantener la paz social, no se podrá vivir con un caudillo suelto, imponiendo la agenda política de quien esté en el poder; más si es una o uno de sus incondicionales. Por el bien de México, esperemos que todo siga siendo democracia.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Mire al caerse una techumbre por los fuertes vientos que se viven en la entidad, el colegio Antonio Repiso, fue quien sufrió daños en esta ocasión, ya pasó en San Fernando, con el colegio Héroes de México, que también hace algunas semanas con las tormentas antes de la ola de calor, se desplomó.
Pero eso no es lo interesante, lo mejor fue lo que abundó el titular de ITIFE, Arturo Covarrubias, que, al ser abordado por medios de comunicación, no supo ni que decir, desconoce el sistema de mantenimiento que este organismo tiene en todos los planteles del estado.
Mire este instituto autónomo, encargado de la construcción y mantenimiento de escuelas, es uno de los entes, mejor organizados, con mayor supervisión y con una estructura de mantenimiento correctivo y preventivo más grande en el paquete gubernamental. Sin embargo, parece que el titular desconoce estas acciones.
Es bien sabido, y como dice el dicho “el que pregunta no se equivoca” esperemos el director tenga a bien empaparse de sus acciones como titular del organismo, clave en la educación de los tamaulipecos.