Por: Chano Rangel
Las versiones de una tragedia, pueden ser distintas y distantes una de otra, cada quien cuenta la historia, como le fue en la feria, en Hidalgo y su refinería, sus oleoductos, siempre han sido tema de saqueo y robo a la nación, la costumbre se hizo regla y ahora el sufrimiento enluta a más de 90 familias.
Es cierto la cultura de chingar a quien se pueda, ha sido proclive en este país, miles de familias, en los estados petroleros, viven de la venta “clandestina” de Huachicol, hicieron de esta actividad su forma de vida.
Pero hacer de lo ilegal una forma de vida, es un delito, que tarde o temprano resulta en tragedia, como la de Hidalgo o en cárcel en el mejor de los casos, porque ese juego perverso de policías y ladrones, nunca será eterno.
El meollo del asunto, no es ese, es como en décadas, de ser un país, productivo, con valores, con ética y una moral que nuestras abuelas nos recalcaban, pasamos a ser un país de cínicos, a siempre estar por encima del otro, incluso violando leyes morales y éticas, que parecían arraigadas.
Cuando llega la tragedia, sale a relucir la podredumbre, de un país, que durante 3 décadas, abandono a sus jóvenes, sus familias y su tejido social se desquebrajo, teniendo como pináculo la guerra contra el narco iniciada en 2010, por Felipe Calderón, y que es solo otra vertiente de la descomposición social.
Los afectados, claman justicia, piden que, se les indemnice, la pregunta en este reclamo seria ¿indemnizar por que? Acaso a todos los ladrones y delincuentes, se les tiene que pagar, cuando por sus fechorías resultan heridos o muertos, sería el colmo que el gobierno federal, tratara o diera algun apoyo a los ladrones de Huachicol, sería el colmo de la desfachatez.
Imagino a todos los delincuentes abatidos en la última década, con sus familias pidiendo una compensación por el daño, pidiendo que el gobierno los indemnice por daños causados, cuando sus hijos, hermanos o esposos, eran los y siguen siendo los causantes del terror en el país.
Pero hay voces disidentes, de esas necias y tercas, que no ven más allá de su odio y rencor, enemigos o adversarios políticos, que ya ven la tragedia del oleoducto de Hidalgo, como responsabilidad del gobierno y de PEMEX.
Hay quienes lo quieren comparar con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, los muertos en Tantuato, Tlataya, o demás atrocidades cometidas por gobiernos anteriores, y tampoco es similar ni un ápice, a las deudas de las explosiones en Guadalajara o San Juanico, donde también la tragedia en otra de sus vertientes enluto a las familias.
No, no es asi, duele la tragedia, de ver a niños quemados, hombres y mujeres, caminando en las llamas, es desgarrador, de eso no hay duda, pero no podemos juzgar con cinismo y rencor, murieron por delinquir, y deben de ser tratados como tal. Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
Hoy es el último día para la inscripción de beneficiarios de Becas Municipales, en Reynosa, la alcaldesa Maki Ortiz, ha sido enfática en dar a conocer este proyecto único en su tipo, en la toda la historia de la ciudad.
Son 73 millones de pesos, destinados a este rubro, con la única finalidad, que ningún niño o joven se quede sin estudiar, por falta de recursos, solo es cuestión de darle un poco de tiempo a la fila, y esperar unos minutos, para hacer la solicitud.
La alcaldesa, ha puesto a disposición, a través de las autoridades educativas municipales, todos los medios, para darle celeridad y eficacia a este registro de aspirantes a una beca municipal. Sin lugar el aprovechamiento de este programa dejara huella por muchos años en la ciudad.
Apostarle a la educación, es un proyecto de todos, es la mejor inversión, con ello no solo se combate el rezago educativo, si no también se generan oportunidades, que a mediano y largo plazo, bajaran los índices de delincuencia y mejoraran las oportunidades de una ciudad como Reynosa.