Por: Chano Rangel
Después de los vítores y sonrisas, una vez firmados los protocolos del nuevo tratado comercial, ahora llamado T-Mec, es preciso recalcar varias puntos, primero que después de 25 años de ponerse en marcha, la parte mexicana fue la primera en solicitar una revisión, no para cambiar todo, si no para adecuar el documento a la nueva realidad global de competitividad.
La parte que se olvida, es que fueron los industriales de la agroindustria los que propusieron la revisión, y con ello, garantizar un trato justo y equitativo en contexto comercial, pero no fue así, el presidente Trump, lo tomó como estandarte campañero y lo llevo a las tribunas más importantes de la Unión Americana, aduciendo que México, era el gañón del acuerdo comercial.
De cierta manera, el país se divide en un antes y un después del TLC, cuando Carlos Salinas, presidente en turno de México y sus amigos de Harvard, diseñaron un acuerdo comercial, para que nuestro país, “aprovechara las ventajas comerciales, que da ser el vecino del país más poderoso del mundo”. Junto a Pedro Aspe Armella, y un grupo de cabilderos, en su mayoría con doctorados en universidades de Estados Unidos, se sentaron las bases, para que nuestra nación entrara de una vez por todas a las grandes ligas comerciales.
El sueño de Carlos Salinas, se vio concebido en 1993, y el TLC, significó una corona de diamantes para el sueño neoliberal de los nuevos tiempos mexicanos. En poco tiempo, el sistema pasó de un neoliberalismo inglés, a un sistema a la mexicana, donde sindicatos y políticos, jugaban con la reglas a su manera, a su antojo y a su beneficio.
De algo se dieron cuenta en los Estados Unidos, y no fueron los republicanos, si no los demócratas, que tiene en sus filas a los principales sindicatos de ese país, como la AFL-CIO que controla a los sindicatos automotrices; con sus asesores y sindicalistas, cabildean para que este nuevo acuerdo, tuviera policías comerciales, para que la ley laboral, hecha con la reforma de Felipe Calderón y modificada por Enrique Peña Nieto, fuera puesta en operación con apego a los derechos internacionales, a lo que México, se oponía a firmar.
Pero llegó la poderosa legisladora y líder demócrata de la cámara baja, Nancy Pelosi, y así sin chistar, es lo que es o no hay nada, y san se acabo, si tomar en cuenta al mismo presidente Trump, ni a la Casa Blanca, los demócratas impusieron sus reglas, y ahora los representantes de la 4T, tienen una dinamita de mecha corta, en plena cocina de su casa.
Los empresarios están molestos, los líderes de las cámaras empresariales, de mismo modo, apenas acababan de fumar la pipa de la paz, cuando Jesús Seade negociador principal y Marcelo Ebrard, canciller y súper secretario con atribuciones de todo, dijeron desconocer la letra chiquita y que pone a los mexicanos bajo la lupa comercial de Estados Unidos.
En política no hay casualidades, solo causalidades, así es que o no leyeron bien y se hicieron de la vista gorda, para salvar la caída en popularidad de su jefe el presidente López Obrador, que pasaba por su peor momento político, aunque ahora veremos, que resulta más caro, si el caldo o las albóndigas.
Al tiempo.
De aquello y lo demás…
El día de ayer, concluyó la primera ronda de sesiones del congreso de Tamaulipas, con la aprobación del presupuesto estatal, la ley de ingresos y egresos de la entidad, es básica para el funcionamiento del estado.
Le tocó ser presidente del congreso al diputado reynosense por el 6 Distrito, Javier Garza De Coss, quien tuvo a bien conducir los trabajos, donde se aprobaría el presupuesto del estado, dejando palpable la importancia de generar y dar a los tamaulipecos certidumbre en el gasto público.
Si suenan muchos millones, pero créame que son insuficientes para un estado como el nuestro, que genera por si solo, el segundo lugar en recaudación de impuestos al fisco federal, y que además creció este año, 3.6 %, crecimiento muy superior al mostrado por el gobierno federal.
En seguridad, se estipula, que se dará al ejecutivo, más recursos para enfrentar con estrategia y visión clara, un combate decidido a este flagelo, los recursos aprobados, por el congreso de Tamaulipas, son producto de un trabajo de comisiones y equipos, intergubernamentales, que dan certidumbre al estado en su aprobación.