Por: Chano Rangel
Definitivamente hay congresistas que no deberían pertenecer a ninguna legislatura, ni ser representantes populares en ninguna posición, mucho menos llegar a ser servidores públicos, casos hay muchos, pero dos de ellos, serian la diputada Magaly Deandar y Úrsula Mujica, que el piso se les movió y perdieron toda dimensión de sus encargos.
La diputada de Reynosa, Magaly, representante del distrito V, me atrevo a decir, que no conoce ni los límites de su distrito, mucho menos de cuantas colonias y ejidos, está compuesto. Su puesta en escena ha demeritado el trabajo de un legislador.
Sus ínfulas de niña chiflada, acostumbrada a un estilo de vida alto, y claro que eso no es ningún delito, aclaro, si no su forma de conducir su trabajo legislativo; gano con la ola de Carlos Peña, que llevo a los 4 diputados reynosenses al triunfo electoral, sin embargo en corto tiempo, la representante del distrito V, ha sido objeto incluso de burlas por sus arrebatos y falta de profesionalismo.
La legisladora Deandar, nunca había participado en política, sus labores eran de otra índole, ser de una familia pudiente, su desarrollo económico, lo hacía al otro lado del Río Bravo, en McAllen, Texas, donde tiene su residencia; y halla a pasado gran parte de su vida, ser candidata fue una posición otorgada a su hermano, y con la cual ha puesto al congreso de cabeza.
Arrebatada y poco ortodoxa en su labor, quebró la urna donde se colocan los votos, ahora será de plástico, para evitar esos desaguisados, de paso lastimo a una compañera diputada, no es la primera vez que esto ocurre, en las sesiones pasadas, arrebato la carpeta de iniciativas a su compañera de diputada, y de paso también quito el micrófono para que la sesiones no siguiera su curso, corrió por el congreso con papeles en mano, los memes, no se hicieron esperar. Vergüenza y pena ajena causan este tipo de legisladores, que se hacen llamar representantes populares.
Por otra parte la maderense Úrsula Mujica, desde robar teléfonos celulares a sus compañeros y pedir moches a los proveedores del congreso, ha llevado la posición de líder de bancada a ser seriamente cuestionada de su ética profesional.
Con este tipo de legisladores Tamaulipas está en la lona, en vez de agrandar el puesto lo ubican en el cesto de la basura, dejando la labor legislativa en una verdadera pelea de mercado, callejera, dando un espectáculo deprimente y poco profesional de la labor del congreso de Tamaulipas.
Pero mire esta legislatura parecer ser que está invadida del mismo mal, los diputados panista tampoco crea que han hecho una labor profesional, salvo algunas excepciones, un ejemplo claro ese el Cachorro Cantú, que ahí anda sin pena ni gloria, asumiendo ser líder de su partido en Tamaulipas, pero sin la autoridad de poder mover un hoja de sus propio escritorio.
El PAN es mayoría, y en ese sentido podrán tener o no la razón, los ataques de la fracción morenista son infundados, al ser mayoría, tiene los derechos y prerrogativas, que los morenos tuvieron al inicio, claro en ese entonces guardaban silencio. Pero ahora que perdieron de manera absurda y por falta de oficio la mayoría, son los que ponen las lágrimas en las discusiones propositivas del congreso local.
Cuando Morena fue mayoría en el congreso local, cambiaron la ley interna para postergarse por tres años en la Junta de Coordinación Política, donde el tristemente célebre Armando Zertuche, imponía sus decisiones; bloqueo el presupuesto del estado, aprobó el No cobro de placas, en perjuicio del erario estatal, aprobó que la licencia fuera por siempre, y muchas más iniciativas, sin sentido por una razón, tenían la mayoría.
Pero esto cambio, y la reacción la vemos en cada sesión, donde el morenismo carente de materia gris, trata de ser un grupo más parecido a una pandilla, que a una legislatura profesional y entregada por los valores de Tamaulipas. Ser crítico también pasa por sus mismas bases, esperemos que esto lo entiendan panistas y morenistas, del PRI, mejor ni hablamos poco queda de ese partido. Es cuánto.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
Todo un éxito resulto el Festival Parrillero de Reynosa, organizado por el ayuntamiento que preside Carlos Peña Ortiz, y que con la coordinación de Turismo a cargo de Erick Stanford, este magno evento realizado en los terrenos del polideportivo de la ciudad, fue un rotundo éxito de asistencia y convivencia familiar.
Como jurado estuvo el reconocido Chef Parrillero Toño Méndez, que dio fe, de los equipos ganadores, pero lo más significativo fue la participación de los equipos parrilleros y la asistencia de cientos y cientos de familias que acudieron a degustar una verdadera tradición del norte, la carne asada y sus derivados en la parrilla.
Los participantes agradecieron al alcalde Peña Ortiz, y a los organizadores por la invitación, 30 equipos, dieron la pelea, pero solo tres fueron los ganadores, las gráficas ahí están y la gente quedo satisfecha de este tipo de eventos, cien por ciento familiares. Enhorabuena.