Por: Chano Rangel
Comenzando el debate post pandémico, se puede argumentar que las vacunas si han servido de barrera de contención, que la población que no ha querido vacunarse es simple y sencillamente por apatía e ignorancia. Sin embargo aún en estas circunstancias los semáforos siguen en rojo en algunas partes del país y ciudades populosos de todos los estados de la república.
Los gobernadores de las entidades federativas del país, se debaten entre si reabrir las aulas a las clases presenciales o esperar a que el sistema de vacunación siga aportando una inmunidad más efectiva.
Las largas filas y los miles de jóvenes que acudieron a la aplicación de la vacuna en las áreas fronterizas, y las fechas subsecuentes en las demás ciudades, fueron muestra del impacto que el COVID-19 ha tenido en toda la población, sobre entre 18 y 39 años, que es el porcentaje más alto del sistema productivo del país.
Pero aún no está decidido los padres tienen miedo, temen por sus hijos y sus maestros están en circunstancias similares, la obligatoriedad no es responsabilidad de ningún gobierno, ni local, estatal o federal, las autoridades han dejado al libre albedrío de padres, maestros y alumnos, el regreso presencial a partir del 30 de agosto.
Hay un agregado que es preciso comentar, las aulas y las escuelas lucen un abandono en muchas áreas, la maleza, la pintura y áreas comunes se ven maltrechas, ha sido ya casi año y medio de abandono de los planteles y habrá que trabajar de manera acelerada para estar más o menos en condiciones a partir del día 30 de agosto del presente, fecha que se tiene para regreso presencial a clases.
Los puntos de vista son comentados, solo con lo que se ve desde afuera, a si a simple vista, falta aún ver que paso en este año y medio de abandono de las aulas, de mobiliario y de los sistemas de cómputo, con los que cuentan la mayoría de las escuelas de la entidad.
En este sentido la autoridad estatal de voz del gobernador Cabeza de Vaca, expresó el exhorto a que todas las escuelas puedan regresar a clases en la fecha programada, omitiendo los colores del semáforo de la pandemia, esta decisión fue avalada por el gobierno federal y el mismo subsecretario de salud, Hugo López, se tiene que correr el riesgo y que ya es justo, preciso que los alumnos en todos sus niveles regresen a clases presenciales.
El presidente López Obrador, insto a que llueva, truene o relampaguee, las escuelas estarán en clases presenciales el 30 de agosto, a su manera y estilo el mandatario dio por asentado que las aulas recibirán a sus alumnos desde este mismo mes.
Nada es obligatorio como lo reiteramos al inicio de la columna, ni maestros, padres de familia y alumnos, están obligados a regresar, pero si se hace necesario retomar la vida común que se vivía antes del ingreso de la pandemia. Muchos ya no están, pero la vida sigue y se tendrá que aprender a vivir y ser resiliente para esta nueva normalidad en las aulas y la convivencia educativa.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
A que buen agarrón se están dando AMLO y Ricardo Anaya. Aunque el que pierde más es el presidente, Anaya, anda en busca de la revancha electoral, y Andrés sigue con su tozudez y su visión de un estado paternalista, formato muy arcaico en este momento.
Anaya ha contestado al presidente, y dice que seguro iría a declarar, siempre y cuando lo acompañen los hermanos del presidente, Pío y Martín, los mismos que aparecen en videos recibiendo dinero de dudosa procedencia, y que aún no clarifican de donde venían esos recursos.
Bajo esta premisa, parece ser que el queretano le lleva ventaja al mandatario, Ricardo nada tiene que perder y todo que ganar, en este pleito que el presidente agarro solito y sin que nadie lo indujera, ahora la onza está del lado del ex candidato presidencial.
Ser presidente no es fácil, las decisiones que se toman, no solo afectan a un partido, sino a millones de mexicanos, y en este contexto esperemos que el mandatario se dedique de una vez por todas a liderar el país, y no ser verdugo de adversarios y periodistas, perseguidor y revanchista.
