Por: Chano Rangel
Desde que el presidente de México, Andrés Manuel Lopez Obrador, comenzó su caminar por la política, no ha escondido su ideología política, desde que militaba en el PRI, su paso por la dirigencia estatal del tricolor en su natal Tabasco, en ese momento su mismo partido y colegas, lo acusaron de ser de izquierda y más revolucionario que el mismo nombre del partido al que pertenecía en ese momento.
Desde joven salió a formarse a estudiar ciencias políticas en la UNAM, carrera que tardo muchos años en terminar, porque su inquietud de movilizar y organizar marchas y protestas no lo dejaban terminar.
López Obrador, se forjo en las calles, en las ligas agrarias, en los caminos rurales, con campesino y lideres sociales, su bandera siempre han sido los pobres, también su escudo protector; después de renunciar al PRI, intento en 2 ocasiones ser gobernador de Tabasco, pero los números y alianzas políticas, no se lo permitieron aumento más el rencor hacia sus ex compañeros de partido, a los que ahora llamaba enemigos políticos, todos priistas.
Dentro del PRD, partido al que se adhirió, para apoyar a Cuauhtémoc Cárdenas, lo saco de Tabasco, y lo hizo líder nacional, y desde esa vitrina ya con el ingeniero Cárdenas como jefe de gobierno, AMLO, asume un verdadero liderazgo dentro del perredismo, que lo llevan a relevar al Cárdenas en la jefatura del gobierno del ex Distrito Federal.
Desde esta gran ventana política, apostaba a lo que su “dedito dijera” lo que diga mi dedito, cuando los medios en sus ya conferencias mañaneras como jefe de gobierno, decía que no a ser candidato a la presidencia de la republica. Poco después las dudas se despejaron.
Desde el 2000 hasta 2018, las calles fueron su lucha, su genética estaba ahí y no se podía cambiar, la naturaleza es sabia, su esencia nunca se perdió, las calles eran su mejor plataforma para su crecimiento popular y apoyos ciudadano. Desde las calles de la ciudad de México, en la plancha del zócalo, en las principales avenidas, de la capital, mantuvo su lucha por más de 3 lustros, hasta que los astros se alinearon y el ex presidente Peña Nieto, con su política de desaciertos le abrió las puertas al hartazgo popular, fenómeno que le abrió las puertas a la presidencia de la republica al hoy presidente mexicano.
La genética no se puede cambiar, AMLO, es un animal político, su historia asi lo delata, lo que ocurre en Tabasco y Baja California, con la ley Bonilla y la ley garrote, son dos hechos que el presidente se adelanto, para cubrir sus próximas incursiones regionales.
En Tabasco, la ley garrote, esta encaminada a proteger, las protestas o posibles marchas en contra de la Refinería de 2 Bocas, por los posibles daños ambientales, amen de socavar cualquier intentona de comuneros y ejidatarios de sublevarse. Y para eso el presidente ordeno como el viejos tiempos, al gobernador adelantarse y pavimentar el camino pedregoso.
La Ley Bonilla, que amplia el plazo de gobernador de 2 a 5 años, es muy clara, los estados que aun no se empatan, tendrán que hacerlo, y AMLO, quiere en estos estos gobernadores, que terminen o den continuidad a su política nacional. Asi nomas.
Pero sus odios, ya los saco, los ha dejado claros, Carlos Salinas en el numero 1 y en numero 2, Felipe Calderón, perdón pero no olvido. A medida que el poder se asienta, AMLO, va dejando ver, su autentica genética política.
Al tiempo.
De aquello y lo demás…
Ayer, la alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz, realizo un recorrido por las zonas afectadas por las lluvias pasadas, que dejaron varias colonias inundadas, la razón es para supervisar los trabajos de reconstrucción de algunas áreas afectadas.
Colonias como Rincón de las Flores, la Lázaro Cárdenas, que sufrieron daños considerables, y que fueron puestas para recibir apoyos del FONDEN. En la Lázaro, existe una obra en proceso, el cárcamo, que traerá consigo beneficio para el desecho de las agua negras, petición que después de muchos años, fuer atendida de manera eficaz por esta administración municipal.
Ahora que el Servicio de Migración y Aduanas, de Estados Unidos prepara una estación migratoria en la Ribera del Río Bravo, muy cerca del Puente Viejo, donde se atenderá la solicitud de asilo de miles de migrantes que tendrán que pasar por esta estación, se prevé que sea desde Nuevo Laredo, hasta Matamoros, la zona de influencia de instalación.
Por consiguiente todos los migrantes, tendrán que pisar suelo matamorense, con todos los riesgos y problemáticas, que esto pueda ocasionar, sobre todo para el municipio y el gobierno del estado, que han asumido el costo de este fenómeno social.