POR. JOSE A. SOLORIO
El proceso de transición en el Ayuntamiento tamaulipeco, está enfrentando serios desafíos. Los viejos actores políticos, no han entendido los cambios que flotan en el ambiente y en los escenarios locales. La clase política tradicional, se resiste a reconocer las renovadas reglas del juego.
No quieren enterarse que ya se fueron.
Se oponen a firmar su deceso.
Creen, que fue sólo un mal sueño lo ocurrido el primero de julio.
Suponen, que algún milagro caerá del cielo y los regresará a sus tronos.
Uno de más grandes ejemplos de esa transición envenenada en Tamaulipas, es el alcalde priista de Matamoros, Tamaulipas Jesús Garza del Guante a quien sus socios y beneficiarios llaman cariñosamente Chuchín.
Ese sujeto, que ha hecho estropicios de todo tipo con el presupuesto de los matamorenses, aspira a realizar el último negocio al amparo del poder público: quiere poner en marcha –¡A dos meses de concluir su mandato!- un proyecto de “modernización” del alumbrado público con un costo de mil 577 millones de pesos.
Para ello, Chuchín, busca que el Congreso del Estado le autorice un crédito por esa millonaria cantidad a pagar en 12 años.
Es decir: será pagado por las cuatro administraciones municipales siguientes.
¿Dónde está el gato encerrado?..
Hay varios gatos encerrados.
1.- Las luminarias, que serían 35 mil 117, su costo unitario en el mercado es de 5 a 6 mil pesos. Chuchín y socios, pretenden cobrarlas en ¡45 mil pesos cada una!
2.- Las amortizaciones del crédito, serían de 8 millones de pesos al mes.
3.- Se comenta que parte de los mil 577 millones de pesos, -por el momento se desconoce cabalmente- irá a los bolsillos de los diputados locales que votarán esa iniciativa la próxima semana.
El alcalde electo –salido de las filas de MORENA- Mario Alberto López Hernández, se ha puesto en rebeldía ante la osadía –voracidad, sería más correcto- del alcalde priista Chuchín. Convocó a sus aliados –diputados federales, senadores y hasta el representante de AMLO en Tamaulipas- para frenar la intentona del arrebate y corre que está a la vista.
Dura la tiene enfrente don Jesús.
Muy dura.
Después de haber sido un dechado de virtudes cristianas –su carreara política en mucho se la debe a los obispos de Matamoros que le hicieron la vida feliz recomendándolo con alcaldes y gobernadores- hoy es el prototipo de la añeja clase política que abochorna a la mayoría de los hombres públicos de la región.
Nadie se explica la acción de Chuchín.
Toda su trayectoria, navegó con la bandera de la honestidad cristiana.
Sus golpes de pecho, todavía resuenan en la ciudad.
Aún hoy, no deja de asistir a misa todos los domingos.
Aun hoy, va a comulgar cada semana para expiar todos sus pecados.
No sólo él se pervirtió en la administración pública. No. Su familia que era ejemplo a seguir por su acrisolada moralidad, sucumbió al pecado del atraco del tesoro público. Sus hijos, cobran casi el 30 por ciento a los contratistas de obra pública; tienen en la lista de raya a cientos de aviadores y gobiernan las áreas donde el dinero es el motor: tesorería, comunicación social, obras públicas, desarrollo social y otras de menor calado.
Su esposa no se salvó de caer en tentación.
Administra el DIF con mano laxa y tiene una larga cauda de seguidoras de la alta sociedad que cobran insultantes salarios realizando sólo el labor de damas de compañía.
El despojo que hoy pretende Chuchín hacer a los matamorenses, no sólo debe ser evitado.
Es apremiante, que el grupo encargado de la recepción del Ayuntamiento de Matamoros, pongan ojo de águila en todos los negros negocios que el alcalde Garza del Guante ha ejecutado al alimón de su –por el momento- jubilosa familia…