El director del Instituto de Epidemiología y Microbiología Gamaleya del Ministerio de Salud de Rusia, Alexánder Guínzburg, ha explicado este 22 de mayo que las pruebas de la vacuna contra el SARS CoV-2 a las que se sometieron de manera no oficial algunos trabajadores de ese centro dieron resultado positivo, ya que desarrollaron inmunidad ante ese coronavirus y no se detectaron efectos secundarios.
Así, «todos» los empleados del centro que probaron esa vacuna «están sanos y alegres y desempeñan plenamente sus funciones tanto en el trabajo como en el hogar, espero», ha manifestado este micribiólogo a la agencia rusa TASS.
Los involucrados considerarán que esta iniciativa será completamente exitosa cuando obtengan «el permiso para realizar ensayos oficiales del Ministerio de Salud» y lleven a cabo esos experimentos, pero estiman que ya se han demostrado a sí mismos que el producto que ofrecen funciona y garantizan que «será exitoso», ha detallado Guínzburg.
Este científico no ha especificado cuántas personas participaron en la iniciativa, pero sí ha revelado que se trata de un amplio círculo de empleados formado por desarrolladores, organizadores de estudios preclínicos y tecnólogos, recoge Interfax.
«Los desarrolladores no solo la prueban en sí mismos, sino que también se protegieron para seguir trabajando en su desarrollo en condiciones de pandemia», ha acotado.
Anteriormente, Alexánder Guínzburg comunicó que los investigadores que trabajaban en el desarrollo de una vacuna para el covid-19 estaban dispuestos a inyectarse la solución en sus cuerpos, unos experimentos que no estarán relacionados con las pruebas clínicas.