Tiempos de Guerra/ ¿Entre la herencia y la trascendencia?

Por: Chano Rangel

La virtual candidata de electa Claudia Sheinbaum, tiene varios problemas que enfrentar desde ya, pero el más serio y urgente es que hacer con el presidente López Obrador, que quiere imponer la agenda a la candidata, que ya le impuso al secretario de hacienda, al menos por el momento, y que le quiere dejar de herencia a la mayoría de su grupo cercano, no para ayudar a gobernar, si no para mantener de esa manera el poder tras su retiro.

Dos cosas no se pueden romper, el agua y las reglas del juego, pero parece ser que, al presidente en su salida, quiere imponer y hasta el momento lo está logrando, sus decisiones a la recién electa Claudia Sheinbaum.

Durante las mañaneras, AMLO, perfila y da a conocer temas que son exclusivos de la recién electa, respetando las reglas así debería de ser, pero no, el pensamiento del mandatario sigue en la misma, el que gano fue el, el que aporto los votos fue el, y, por consiguiente, el poder lo sigue ostentando el mismo; razón en parte, políticamente incorrecto.

Los mercados financieros se han movido, la incertidumbre de que pasara está afectando muy duro a la industria y comercio nacional, a tal grado que la misma representante de la Casa Blanca, y el embajador Ken Salazar acudieron a la reunión con el equipo de la presidente electa.

No habría motivos para el sobresalto, si no fuera porque compartimos más de 3 mil kilómetros de frontera, tenemos un tratado de libre comercio, y muchas cadenas productivas subsisten y conviven en ambos países, además México, comercia el 80% de sus productos con los Estados Unidos, es nuestro principal mercado y nuestro mayor socio comercial.

Sin embargo, la galvanización producto de una sed de venganza, hacer ver al mandatario, como si el fuera el perdedor, con revanchas del pasado, y como un león herido, que, a su retirada, pretende imponer al nuevo gobierno su ideología y pensamiento.

Ni en los más viejos vicios del PRI, se habían roto las reglas, reglas no escritas en un juego de poder, que no termina por convencer a las inversiones que certidumbre dará a sus intereses y formas de mantener una economía líder en el mundo.

Hay de momentos a momentos, imponer como es costumbre del presidente, dividir entre buenos y malos, debería ser del pasado, pero al parecer es la moda con la nueva transformación, hasta donde lo dejara actuar la presidenta, lo veremos pronto, en calidad de mientras Claudia Sheinbaum, sigue bailando al ritmo tabasqueño.

Es cuánto.

De Aquello y lo demás…

La sed de venganza y de revancha política, tendrá que ser un sentimiento que desaparezca muy rápido, si es que en Tamaulipas se quiere avanzar, un ejemplo claro de esto, lo lleva a cabo el mismo mandatario estatal, que se ha dedicado a trabajar y darle confianza, certeza a los tamaulipecos, sin culpar al pasado y haciendo con responsabilidad la gobernabilidad.

Si se toma como ejemplo, entonces desde el congreso se debe buscar lo mejor para Tamaulipas, desde la cámara de diputados federal y el senado, los recursos y políticas públicas, que den más empuje al crecimiento de la entidad, esa es una opción.

La otra opción es pasar echándole la culpa al pasado, un pasado que, si bien no fue peor que otros, distinto sí, sin duda lo hecho en esos tiempos difícil de corregir, pero lo que, si está en las manos de esta nueva ola, es el mejoramiento de vida de todos los tamaulipecos, esperemos ese gran poder en las urnas otorgado por los tamaulipecos, se sume al trabajo del gobernador Villarreal Anaya.

chanorangel@live.com.mx

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