Por Pegaso
(Edición sabatina)
Ya lo saben ustedes, mis dos o tres lectores, porque fue noticia nacional e internacional.
Sea usted fifí o chairo, siempre es indignante cuando uno se entera de alguna transa o trafique, como las muchas que dicen que ocurrieron en los dos primeros años después de la creación del Instituto Nacional para Devolverle al Pueblo lo Robado (INDEP).
Siendo el propósito el de subastar todo lo que se recupere en los distintos operativos contra la delincuencia organizada y de lo que se robaron los políticos ratas, no me puedo imaginar qué grande debió ser la bodega donde estaban todos esos tesoros.
Autos de super lujo, obras de arte, pistolas y ametralladoras de oro puro engastadas en diamantes y rubíes, alhajas fantásticas que envidiarían los propios reyes de Inglaterra o los jeques árabes, mansiones lujosísimas y cuentas bancarias que podrían pagar no una, sino cientos de veces la deuda externa del país.
Para empezar, me repatea el nombrecito: Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, cuyas siglas son: INDEP.
A mí más bien me parece que es un apócope de “indios pendejos”, porque en realidad nos quieren ver la cara de aborígenes.
El escándalo tronó cuando el anterior Director del INDEP, Jaime Cárdenas García, renunció al cargo tras asegurar que había funcionarios y políticos de la 4T que se beneficiaban al quitarle un diamantico aquí, un rubí por acá, un trocito de oro por allá, a las joyas que después serían subastadas al público.
Pero no solo eso. Las subastas estaban más manejadas que un partido de futbol del América, y los ganones eran los mismos que trasquilaban la joyería. ¡Negocio redondo!
Y todo eso bajo la premisa y sabia conseja de que “ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón”.
Pero como los fifíes están bien atentos a cualquier regada de tepache que ocurra en el Gobierno de la 4T, inmediatamente se le fueron a la yugular, y no faltaron los memes que decían: “El Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado se hizo para robar al pueblo lo devuelto”.
Después de todo, ¿quién se va a dar cuenta si falta algo, cuando los narcos y delincuentes de cuello blanco se encuentran tras las rejas?
Y eso que los bienes incautados hasta el momento sólo eran las pertenencias de los narquillos de barrio.
¡Imagínense cuántas cosas tendría el INDEP si confiscaran todo lo que tienen los jefes de los veinte mil cárteles que operan en el País! Necesitarían diez pirámides de Tehotihuacán para guardarlo todo.
Decía que el nombrecito me parecía ridículo, propio de un régimen populista como el que estamos viviendo.
Pero ya que van por ese sendero, permítanme sugerirles algunos nombres para futuros organismos que igualmente pueden ser creados para aprovechar las bondades de este Gobierno:
-Fundación para que Bajen de Peso las Personas Afectadas por Consumir Coca Cola y Pan Bimbo (FUBAPAC).
-Instituto para la Organización de Nuevas Rifas (INONRIF).
-Fideicomiso para las Familias de Delincuentes que Quedan en el Desamparo (FIFADEQ).
-Fondo de Ahorro para los Ninis que en lugar de Invertir en Educación se Chupan el Subsidio que les Otorga el Gobierno (FANIECH).
Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Es falso que la totalidad de lo que destella es un metal noble de símbolo químico Au y peso atómico 196.96”. (No todo lo que brilla es oro).