El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, ha asegurado este miércoles que se opone a la invocación de la Ley de Insurrección para desplegar fuerzas de servicio activo para reprimir los disturbios civiles.
En declaraciones a los periodistas en el Pentágono, Esper dijo que las tropas en servicio activo deberían usarse «solo en las situaciones más urgentes y extremas«. «No estamos en una de esas situaciones ahora», agregó.
Además, el secretario criticó enérgicamente las acciones de la Policía de Mineápolis y calificó de «crimen horrible» el asesinato de George Floyd, informa la agencia AP.
El alto cargo militar también lamentó haber usado la expresión «espacio de batalla» para describir las áreas afectadas por la protesta.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, amenazó este lunes con desplegar al Ejército si los estados y las ciudades no logran detener los disturbios que sacuden al país por la muerte de George Floyd.
De ese modo, Trump invocó la Ley de Insurrección de 1807, una ley federal que le permite desplegar tropas en el territorio estadounidense para reprimir el desorden civil, la insurrección y la rebelión. La ley fue invocada por última vez durante los disturbios por la brutal agresión contra Rodney King en 1992 en Los Ángeles.
Este martes, el Departamento de Defensa de EE.UU. ha trasladado a unos 1.600 efectivos del Ejército de EE.UU. a los alrededores de la ciudad de Washington. La medida se produjo un día después que Trump anunciara el masivo despliegue de «miles y miles de soldados fuertemente armados, efectivos militares y agentes del orden público», con el objetivo de «poner fin a la destrucción e incendio provocado y para proteger los derechos de los estadounidenses respetuosos de la ley».